Llegamos un jueves a Monte Hermoso y se veía bastante concurrido, el tiempo acompañaba con buen pronóstico para todo el fin de semana. Teníamos reservados cuatro días en un hotel céntrico para estar cerca de las mejores playas, pero nunca imaginamos que la afluencia de turistas fuera tal que iba a saturar los servicios, los restaurantes, el tránsito. Para cenar el viernes a la noche tuvimos que hacer cola, comimos amontonados y con los mozos pasándonos los platos por delante de la cara, ni la Bristol en sus mejores épocas. Recuerdo en mi juventud las colas interminables en mardel pero esto lo superó en proporción por lo pequeña que es la ciudad.
Los balnearios de la costa bonaerense desde Necochea hasta Bahía Blanca tienen buenas playas, agua no tan fría y bonitas puestas de sol, pero reciben el turismo de todo el sur de la provincia y se saturan los fines de semana de temporada, sobre todo cuando hay buen tiempo.
El viernes quisimos hacer playa pero resulta que depende de donde sople el viento hay aguavivas o el agua está helada, también pasa que a veces el viento levanta tormentas de arena (de hecho tienen un problema con el avance de las dunas), por suerte parece que no había tiburones…
ResponderEliminarQué macana lo de Monte Hermoso! Por lo visto hay que tener suerte con los días, porque no todos se prestan para disfrutar de las playas!
Las fotos muestran una hermosa costa, con el mar muy azul, no?
No sabía que era una especie de Mar del Plata del Sur!
Enrique
La villa es muy pintoresca, tiene algunas peculiariades como el avance de la duna sobre la costanera, que bloquea el frente de algunas casas. También las puestas de sol, porque al estar mirando al sur el crepúsculo cae sobre la orilla, como si en San Bernardo vieras ponerse el sol sobre la playa de Mar de Ajó. Me gustaría volver fuera de temporada para darle otra oportunidad y de paso conocer los vecinos Claromecó, Reta y Pehuen-Có.
ResponderEliminarTambién está la cascada Cifuentes sobre el río Quequén Salado, cerca de la ruta 3.
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