Asomarse a un universo tan distinto desde todo punto de vista, hace difícil el debido procesamiento de todo lo que se va conociendo y toda la información que se recibe, máxime teniendo en cuenta que se trata de una excursión de un día. Por caso, pude observar en varias casas prender un pequeño grupo electrógeno durante un tiempo acotado, por ejemplo para hacer funcionar una bomba de agua. Mencioné anteriormente que en la colonia no hay tendido eléctrico, pero en un principio interpreté que la guía se refería a que no recibían suministro de ninguna fuente externa. Siendo tan organizados (la colonia está dividida en nueve campos y cada uno es como una unidad funcional con su propia iglesia y sus líderes), no sería problema comprar un generador y alimentar, por ejemplo, todo un campo, que sería el equivalente a un pequeño barrio. Pero no, es evidente que no les interesa el uso doméstico de la electricidad, tampoco tienen alumbrado público.
Ni lavarropas, ni secarropas
Voy mencionando algunas vivencias aunque sea de manera desordenada; desde mi óptica, son las piezas con las que intento armar este rompecabezas, las cuestiones que resuenan en mi memoria en el intento de describir y entender a esta comunidad.
Son anabaptistas, se bautizan voluntariamente a los 18 años, pero si no lo hacen, quedan fuera de la comunidad. Esta cláusula, a la luz de lo dicho respecto de la educación, me resulta crucial para entender el funcionamiento de esta cultura: ¿a donde va a ir un joven de 18 años que tiene un total desconocimiento del mundo exterior? En mi opinión, diría que los niños están condenados a la continuidad, sin chances reales de elección por otra vida distinta a la única versión que tuvieron de la realidad en sus primeros años de vida.
Artesanías en cuero
Su enorme contracción al trabajo y la calidad de su industria metalúrgica son conocidas en todo el país, así como sus trabajos en carpintería. Son las únicas actividades comerciales que ejercen, orientadas al campo y sus quehaceres (galpones, tinglados, silos, carros, etc.). Eventualmente, venden artesanías a los visitantes.
Construyen sus propias viviendas y cada familia se encarga de su parcela, las casas son amplias pero absolutamente espartanas, se nota que los muebles está hechos por ellos mismos. En la colonia no hay plazas ni espacios públicos, y más allá de visitarse mutuamente, el único punto de reunión es la iglesia.
Típica casa menonita
Utilizan la tecnología solamente para mejorar su producción laboral, fuera de eso la consideran vana y distractora.
Las calles son de tierra ripiada, no tienen nombre ni señalización alguna. Como éramos varios vehículos, para desplazarnos de un punto a otro nos movíamos en caravana detrás de la combi donde viajaba la guía, y nos comunicábamos a través de trasmisores tipo woki-toki que nos proveyó la misma en Guatraché antes de iniciar el recorrido.
Calle interior de la colonia
Rechazan la cultura de masas, el individualismo, el consumismo, la ostentación de riqueza (desean llevar una "vida sencilla").
Si bien puede parecer un mundo perfecto dentro de una burbuja, en lo personal me asaltó un pensamiento respecto de la infancia en este tipo de comunidades: el afán por preservar las costumbres y las pautas dictadas por Menno Simons (como una “foto” que debe permanecer inalterada a través del tiempo) lleva a los padres a restringirles a sus hijos el acceso a la información más básica. ¿cómo puede elegir su futuro un niño que no conoce el idioma de su entorno? ¿qué opciones tiene para su desarrollo intelectual un niño que solamente ve dos oficios: herrero o carpintero, y en el caso de las niñas, amas de casa?
Niños menonitas a la vera del camino
Los pequeños tienen por costumbre asomarse en grupos a la vera del camino, a ver pasar a los turistas que visitan la colonia. Nos habían prevenido acerca de esta situación y sus limitaciones en este tipo de encuentros, y la guía sugirió que llevásemos caramelos para obsequiarles y mínimamente poder interactuar con ellos. Juro que me partían el alma, y entendía a las madres que permitían esta interacción, yo la interpreto como un sutil pero desesperado intento de que sus hijos aprendieran algo de nuestro idioma y se asomaran a una realidad muy distinta de aquella en la que nacieron, y que les está vedada por definición.
En el fondo, esto podría estar demostrando el fracaso de los principios rectores de esta religión, con la consiguiente disolución de las colonias al quebrantarse la pauta de aislamiento. Hasta donde tengo conocimiento, así viene sucediendo en todas las colonias, lo que da lugar a tensiones y cierto nivel de enfrentamiento entre sus integrantes, al punto que las discrepancias propician muchas veces la migración de una parte de la colonia, buscando nuevos lugares donde establecerse ya sea en el mismo país o en cualquier otro que quisiera recibirlos. Por caso, los integrantes originales de la colonia La Nueva Esperanza son oriundos de México, en donde consideraron que “se estaban perdiendo las tradiciones” al permitir la penetración cultural del entorno.
Si bien en Argentina no se los conoce más allá de su producción industrial orientada al agro, en otros países de América Latina -fundamentalmente en aquellos que poseen grandes extensiones de selva y bosque nativo- son generadores de cierto nivel de conflicto, debido al impacto que generan en el medioambiente. Sucede que, muchas veces por las propias políticas de los estados que los aceptaron en sus territorios, se instalan en zonas de densa vegetación virgen y deforestan indiscriminadamente para dar lugar a sus actividades agrícolas. Esto, que era bien visto hasta mediados del siglo XX, empezó a ser considerado un problema ambiental en los asentamientos existentes en el Chaco paraguayo y en el Amazonas, así como en otras regiones selváticas en centro y sudamérica. Véase como ejemplo esta página de actualidad ambiental peruana: https://www.actualidadambiental.pe/opinion-menonitas-y-el-ambiente-en-america-del-sur/, en donde se denuncia la deforestación y el preocupante uso de agroquímicos y semillas transgénicas, y sus consecuencias.
Y para no olvidar que en todos lados se cuecen habas, dejo el enlace a una nota de 2023 que refiere a un escándalo en una comunidad menonita, y a una película que trata el caso: https://www.bbc.com/mundo/noticias-america-latina-64883232. En el fondo, siempre subyace la sensación de arbitrariedad e impunidad, al amparo de cualquier injerencia externa que pudiese ejercer algún tipo de control sobre la comunidad.
Es interesante la página de Wikipedia dedicada a los menonitas en Argentina https://es.wikipedia.org/wiki/Menonitas_en_Argentina# ya que aporta mucha información complementaria a lo que se pueda conocer a partir de una simple excursión de visita, pero en mi opinión, el texto soslaya todo lo relativo a la infancia y su confinamiento, avalando tácitamente la potestad de los padres por encima incluso del estado y las leyes, en virtud de los convenios celebrados entre ambas partes. Es notable la similitud entre estas ideas y el postulado de ciertas doctrinas neoliberales en relación a que los padres son dueños de sus hijos hasta que éstos se emancipan, o sea, hasta que son capaces de valerse por sí mismos. En la práctica, y en función de lo que puede verse en esta situación particular, esto reduce a los pequeños seres humanos al nivel de un simple capital más en el patrimonio de sus progenitores, que pueden disponer económicamente de ellos. Pienso que Voltaire debe estar revolviéndose en su tumba.
← Colonia menonita “La Nueva Esperanza”
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Hola, agradeceré tus comentarios.
Ten paciencia, los mismos no se muestran inmediatamente...