Día 1 (2/1/19)
de Buenos Aires a Neuquén
Me gusta empezar lo más temprano posible, en función de la distancia a recorrer ese día (recuerdo una vez hace mucho, salir a medianoche para llegar primeros a Paso de los Libres…).
Partimos a eso de las 6:30 con amenaza de lluvia, la que se concretó a pocos kilómetros de abandonar la Capital.
Habíamos transitado unos 400 Km (pasando Pehuajó) y por una mala maniobra mía rompí una cubierta: para pasar a un camión muy lento, en una rotonda invadí la banquina izquierda que estaba cubierta de pasto alto, pero abajo del pasto había algo contundente que no alcancé a ver y me hizo dos agujeros en el lateral externo del neumático delantero izquierdo. Reventón y cambio bajo la lluvia…
Por supuesto usé el auxilio armado por mí, con las mismas dimensiones de las otras cuatro ruedas.
Seguimos (yo bastante sucio de barro) con la idea de llegar a Santa Rosa y buscar una gomería después de almorzar, pero nos esperaba otra sorpresa en el camino.
Infinidad de veces utilicé el tanque de combustible hasta la reserva, y he visto en el tablero cómo excedo los 55 lts de consumo y uso 2 o 3 litros más sin problemas. He llegado a cargar 57 litros y fracción para rellenarlo. Pero esta vez, y estando a 5 Km de Santa Rosa, el consumo marcaba exactamente 55 lts y el auto se detuvo. Se quedó sin combustible. Increíble, máxime cuando hacía ya dos años que lo usaba a discreción. Por suerte había incluido un bidón de 10 lts (vacío) entre los repuestos, y me dispuse a hacer dedo en la ruta.
Una chata me alcanzó hasta la primera estación de servicio, ya entrando a Santa Rosa, y una familia que iba para Capital me llevó de vuelta con el preciado cargamento. Solucionado el problema llegamos a Santa Rosa como a las tres de la tarde, yo sucio, hambreado y cansado, con un neumático roto y todas las gomerías cerradas (la bendita siesta provinciana).
La gomería que nos recomendaron (Todo Terreno, sobre la RN5 enfrente de la YPF) abría más tarde y para no perder tanto tiempo decidí buscar alguna otra abierta. La única más o menos grande tardó como una hora en atenderme y ahí constaté que la cubierta no tenía arreglo. Para colmo no tenían de la misma medida…
Conclusión: mucho tiempo perdido, pero seguimos viaje con la convicción de que en Neuquén finalmente íbamos a conseguir reemplazo.
Había parado de llover y el cielo estaba despejado, con un brillante sol pasando el cenit.
Por experiencia previa, y habiendo perdido toda la ventaja inicial del madrugón, descarté la Ruta del Desierto (RN20) porque el sol del crepúsculo en esos casi 200 Km hacia el Oeste, da directamente en los ojos y suele producir accidentes. Descartada también la RN22 por el tránsito, quedaba ir por Piedra del Águila, lo cual resultó interesante con el cruce del coronamiento del dique homónimo. Solo mencionar que escaseaba la nafta en la zona y cargué 10 lts en una estación “sin bandera” para llegar sin sobresaltos a Neuquén.
Párrafo aparte llegar de noche a Neuquén y buscar la Posada del Caminante: Google Maps me dio tres ubicaciones distintas en forma consecutiva sobre la RN22, separadas unos 5 Km entre sí. Ya de noche cerrada y luego de muchas vueltas, pudimos ubicar la posada. Cenamos lo que había en el menú y nos acostamos pensando en el tramo del día siguiente, con el alivio de haber podido terminar un día largo, muy largo, mucho más largo de lo que había imaginado.
Dia 2 ⇒
Este lindo comienzo, con Marta nos lo perdimos!
ResponderEliminarEnrique