Día 24 (25/1/19)
De Río Gallegos a Puerto Deseado
El mal tiempo en el Estrecho frustró el plan de alcanzar el Km 0 de la RN40, que consistía en llegar de camino subiendo desde Ushuaia, lo que agregaba unas 2 horas al recorrido total. También frustró el plan ‘B’, que consistía en hacerlo este mismo día bien temprano antes de encarar Puerto Deseado. Pero llegar a Cabo Vírgenes desde Río Gallegos son unos 130 Km que Maps calcula recorrer en 2 ½ horas. Con cinco horas de sueño y la perspectiva de 730 Km hasta el destino final no quedaba más remedio que resignarse, porque agregar esas 2 ½ horas de ida y lo mismo de vuelta, más el tiempo que lleve estar allá, no se iba a disfrutar, más bien se terminaría sufriendo. Ni chicha ni limonada.
En su momento, cuando planifiqué el viaje consideré la alternativa de pasar dos noches en Río Gallegos, pero me pareció que la ciudad no tenía más atractivos, que si todo iba derecho nos iba a sobrar una tarde completa y decidí correr el riesgo. Mala suerte, otra vez será. Pero no hay mal que por bien no venga: ya tengo la excusa…
Al llegar al hotel de madrugada, para no perder tiempo habíamos bajado lo mínimo indispensable como para pasar la noche: un bolso con los pijamas, los remedios, los cepillos y la pasta dentífrica. Dejamos el auto cargado frente a la puerta del hotel, previamente conversado con el conserje que quedaba toda la noche.
El Apart Hotel Austral, sobre la Avenida Néstor Kirchner 1505, resultó ser confortable y bien provisto. Habíamos elegido exprofeso algo así porque iba a ser una simple parada en el medio de un extenso trayecto Ushuaia – Puerto Deseado, con la posibilidad, al fin de cuentas no concretada, de llegar a Cabo Vírgenes. Lamentablemente no tuvimos tiempo de disfrutar de todas las comodidades del hotel, otra cosa hubiera sido llegar tipo 9 de la noche.
Desayunamos, cargamos nafta y emprendimos la marcha. El camino estaba bueno y sólo tuvimos un poco de lluvia. El viento persistía pero no en los niveles del día anterior. Como el cansancio acumulado se hacía sentir pasé de largo el Parque Nacional Monte León y descarté entrar en Puerto Santa Cruz y Puerto San Julián para enfilar directo a destino. Llegamos pasadas las seis de la tarde a los departamentos Tower Rock Puerto Deseado Superior y luego de un pequeño malentendido rápidamente resuelto por la diligencia de la encargada, nos establecimos. Nuestro departamento era lindo, un poco raras las banquetas y la mesa alta en la cocina, pero tenía un amplio balcón con vista al puerto y a la Ría.
Bajamos a caminar un poco, ubicamos la oficina de Turismo (donde nos atendieron con esmero), hicimos compras en “El Fortín II” y descubrimos nuestra solución a la cuestión alimentaria: Mr. Cook, con tartas, minutas y variedad de platos. El complemento ideal para la vida en departamento. Con la información recabada en la oficina de Turismo empezamos a tantear la excursión a Isla Pingüino.
Cenamos en el departamento y vimos anochecer, ya no estábamos tan al sur y las horas de luz se habían empezado a acortar, ni amanecía tan temprano ni anochecía tan tarde.
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ResponderEliminarMe imagino que si había un lugar donde realmente "deseaban" llegar, ese lugar era Puerto Deseado, luego de las peripecias y cansancio del día anterior!
Enrique