viernes, 26 de junio de 2020

Dia 23

Día 23 (24/1/19)

Ushuaia – Río Gallegos

En el día de nuestra despedida, Ushuaia nos regaló una mañana soleada y ventosa, con pronóstico de buen tiempo para toda la jornada.

La agenda del día era ambiciosa ya que teníamos como desino final Río Gallegos, lo que totalizaba unos 600 Km con aduana en San Sebastián (para ingresar a la mitad chilena de la isla), cruce del Estrecho y reingreso al país ya en el continente. Como objetivo intermedio una vez de vuelta en territorio argentino, quería alcanzar el Km 0 de la RN40 en Cabo Vírgenes, extremo sur de la Argentina continental, donde está emplazado un Faro y hay un cartel alusivo. La frontera llega hasta Punta Dungeness, que del lado chileno cuenta con el Faro Dungeness.

Al Km 0 se llega solo por caminos de tierra, la RP1 de nuestro lado y la Y-545 del lado chileno, pero descarté esta última porque llegar del lado chileno implicaba cruzar la frontera en el Cabo y por ende no hacer migraciones. Mi cálculo era tomar la RP1 desde la RN3, incluso había visto en el mapa un camino privado que podía ahorrarnos unos 60 Km a la ida, era cuestión de averiguar si estaba accesible.

Previendo el trajín del día desayunamos bien temprano y cargamos el auto, y con el sol todavía bajito nos despedimos de esa postal recostada sobre la cordillera llamada Ushuaia.

Video: Cruce de la Cordillera de los Andes por el Paso Garibaldi - 1

Video: Cruce de la Cordillera de los Andes por el Paso Garibaldi - 2

Video: Cruce de la Cordillera de los Andes por el Paso Garibaldi - 3

El cruce por el Paso Garibaldi (“agarrá el balde” le decían al vago, y el dicho se fue deformando hasta quedar así) esta vez se disfrutó a pleno, mientras el sol se elevaba por entre las montañas.

Video: Cruce de la Cordillera de los Andes - lagos Escondido y Fagnano - 1

Video: Cruce de la Cordillera de los Andes - lagos Escondido y Fagnano - 2

En el descenso se puede apreciar del lado izquierdo el lago Escondido y detrás el lago Fagnano. Desviádose de la ruta hay un mirador con una hermosa vista de ambos que visitamos en una ocasión anterior.

A eso de las diez estábamos a la altura de Tolhuin y entramos al pueblo para llegarnos hasta la panadería La Unión, famosa por sus facturas.

Nos aprovisionamos discretamente (¡estaba para llevarse toda la panadería!) y continuamos viaje. Ya llegando a Río Grande noté que el viento se había hecho más intenso y cruzado, con dirección Este, al punto que en los tramos rectos era evidente cómo tenía que torcer el volante para compensar. Se avanza en línea recta ‘doblando’ todo el tiempo.

Hicimos aduana y ya del lado chileno el viento era aún más intenso y movía el coche. Recordé que el cruce tenía una radio (FM Angostura 104.9) e intenté sintonizarla. Para cuando pudimos encontrarla en el dial, el viento era tan fuerte que me había obligado a bajar la velocidad, no me sentía cómodo más allá de los 90 Km/h, supongo que el hecho de tener portaequipaje no ayudaba. Entonces la noticia: el cruce estaba suspendido por el oleaje. Los vientos constantes del Oeste de 60-70 Km/h con rachas de más de 100 Km/h no permitían la navegación.

Video: esperando el ferry - 1

Al llegar a Bahía Azul, una cola de unos 800 metros confirmó la especie. El viento era tan intenso que no me permitía abrir la puerta del lado izquierdo. Observando a los demás vehículos, los que se aventuraban a bajar por el lado derecho tenían dificultades para cerrar las puertas, y ni soñar con abrir un capó o un baúl. Teníamos que permanecer dentro de los autos.

Habíamos llegado a eso de las tres de la tarde, pero recién pasadas las seis el viento amainó un poco como para bajar y llegarse hasta las instalaciones en la orilla. Las perspectivas eran sombrías, no había visos de que se reanude el servicio. Prefectura chilena prohíbe la navegación si las rachas superan los 100 Km/h y este era el caso. Para colmo los pocos negocios que hay en el cruce se estaban quedando sin provisiones (si hubiera comprado más facturas en Tolhuin…), con esfuerzo conseguimos unas galletitas y gaseosas y volvimos al auto a comer, pendientes de la radio.

Video: esperando el ferry - 2

Pasadas las diez, ya noche cerrada, se especulaba con que el viento amainara lo suficiente para la medianoche, pero no había ninguna certeza.

Nos dispusimos a dormir dentro del auto, viendo como bajaba la temperatura exterior y reclinando los asientos para acomodarnos lo mejor posible. No estábamos la mar de cómodos, pero era la mejor alternativa: estábamos a unos 800 metros de la orilla y la cola seguía detrás nuestro hasta perderse de vista. Abandonar ese lugar para desandar 100 o 150 Km buscando donde pasar la noche en pueblitos probablemente saturados de gente, no me resultaba convincente. De hecho, nadie se movía de su lugar, todos en mi entorno apostábamos a aguantar.

Pensé que si bajaba demasiado la temperatura podía encender la calefacción de a ratos. Por suerte tenía más de medio tanque; al fin y al cabo, todo es petróleo.

La incomodidad y los movimientos del auto por las rachas hicieron mi sueño entrecortado, pero a eso de las once y media una insistente bocina y unas luces de frente me trajeron la buena nueva: los vehículos circulando por la mano contraria indicaban que el cruce se había restablecido. Enderezando el asiento y sin poder lavarme la cara, fuimos avanzando de a trechos hasta que llegó nuestro turno. Era casi la una y el oleaje todavía se veía bravo, pero el ferry se las arreglaba para mantenerse en posición. La planchada no se quedaba quieta del todo sobre el asfalto, aun así pudimos subir y cuando se completó la carga zarpamos. El viaje duró mucho más que a la ida, pero el alivio de pisar nuevamente el continente compensó la perspectiva de tener que manejar los más de 120 Km que quedaban hasta Río Gallegos con el cansancio acumulado y siendo ya noche cerrada.

Pudimos hacer aduana, no sé si habilitaron una guardia por el cierre del cruce o si atienden las 24 hs pero agradezco haber podido seguir viaje rápidamente. Si hubiésemos tenido que esperar a que abra, aunque lo hicieran bien temprano, hubiésemos perdido el día por completo, incluyendo la noche de hotel.

Extenuados, encaramos el último tramo de la RN3 en su acceso a Río Gallegos desde el sur y resultó estar en bastante mal estado, con mucho asfalto roto, partes directamente de tierra, pésima señalización y casi nula iluminación. Era la frutilla del día más largo y complicado del viaje. Llegamos al hotel pasadas las cuatro de la mañana para zambullirnos en la cama (el check-out era a las 10) y con la perspectiva de seguir viaje a la mañana siguiente. Puerto Deseado nos esperaba.

Dia 22

Dia 24

1 comentario:

  1. Anónimo2/7/20, 1:22

    Impresionantes, y espectaculares, los videos del cruce de la Cordillera! Tan vívidos que mientras los miraba me parecía estar ahí dentro, en el coche! Esos lagos...!

    Cómo recuerdo la famosísima panadería de Tolhuin, qué cargada de fotos y testimonios de los personajes que pasaron por allí! Y cómo olvidar sus facturas...

    Lamento la "amansadora" para tomar el ferry, pero qué vivencia intensa, no?

    Enrique

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