Dunas de Saujil
En Catamarca hay dunas.
No hay mar, no hay playa ni rumor de olas, ni tamariscos ni vendedores de barquillos. Solo dunas.
El viento del Pacífico (cuando no) deja toda su humedad en la Cordillera y llega seco, erosionando las montañas y arrastrando esa arena sin conchillas hacia este lado del continente.
Es sorprendente, casi inverosímil ver como al habitual paisaje de serranías salpicadas de valles se suma la presencia de la arena.
Para llegar a las dunas de Saujil contratamos una excursión en 4x4, a la Renola le tocó descanso.
Salimos temprano a la mañana e hicimos un alto en la zona en donde se había establecido el vivac del Rally Dakar. Sobre el techo de la camioneta ya pueden verse a lo lejos algunas dunas y en los postes de luz de la derecha se aprecian los carteles que indicaban los puestos sanitarios del vivac. Los cerros nevados tienen ese no sé qué.
Saliendo hacia el norte de Fiambalá, la RP 34 nos llevó primero hasta Saujil para luego alcanzar Medanitos, un poblado atrás de la sierra de Fiambalá que lucha contra la invasión de la arena. Hicimos unos pocos kilómetros más para meternos en el corazón de las dunas, hasta que hubo que dejar la camioneta para seguir a pie.
Qué les puedo contar de la experiencia del sandboard: la juventud se impuso, los adultos hicimos lo que pudimos…
Impresiona lo empinadas que son las dunas cuando uno las trepa, parece fácil tirase pero no es así.
Parece el borde de un precipicio
Final a toda orquesta, ¡qué
chiquito se ve el flaco allá abajo!
Llegaron!!
La última vuelta
Quedaron nuestras huellas en la duna
Seguimos un poco más al norte, hasta otro poblado.
Taton
Alguien nos precedió, llegamos hasta aquí siguiendo sus huellas.
Escuela de Taton
Seguimos en la 4x4 camino a
Puerta de Taton
Puerta de Taton, Capilla el Señor de la Agonía
Y ahí abajo, justificando todo lo demás, dos cruces
Estos lugares tan agrestes tiene sus sorpresas, porque lo que puede ser cotidiano para los lugareños resulta singular para el turista.
Cachorrito de zorro en mis manos
La arena tiene sus caprichos, formando imágenes en las laderas de los cerros.
El puma y el elefante
Ya de regreso, vemos las montañas
cercanas que todavía asoman enter las dunas
Pero en el entorno todo es arena
Allá lejos los cordones cordilleranos nevados
Aquí también se vivió el rally
Volviendo por Medanitos, el
cartel en la montaña dejaba leer: “Medanitos Dakar 2009”.
Qué maravilla de día, tan pleno de experiencias y belleza!
ResponderEliminarAlucinantes las dunas, poder desplazarse en ellas y hasta practicar esa especie de "surf" en la arena!
Qué provincia rica de paisajes, tan variados!
Muy emocionante lo de Tatón, tan recordado por Marta en sus relatos de aquellos inolvidables viajes!
Enrique