Locro en Baldecitos
La excursión diurna a Ischigualasto se prolongó hasta el mediodía, y para cuando estuvimos afuera del parque ya eran como las dos de la tarde. Teníamos reservada la visita al Parque Provincial El Chiflón para las tres, y temiendo llegar al hotel y no encontrar qué almorzar, paramos en un comedor en la ruta en la localidad de Baldecitos. El plato del día era locro, se hizo esperar un poco pero valió la pena, vino bárbaro para ese soleado mediodía de invierno.
Delicioso locro
El punto de encuentro era casi frente al hotel, así que desandamos los 17 Km con tiempo para pasar por la habitación. Cruzamos la ruta y nos encontramos con la guía, volvimos a cruzar para abrir la tranquera e ingresar al Parque.
Parque Provincial El Chiflón
Se trata de un parque relativamente nuevo, creado en el año 2002 en la provincia de La Rioja. Se lo considera parte de la cuenca geológica Talampaya/Ischigualasto, no solamente por sus características morfológicas y paisajísticas, sino también porque toda esta cuenca ha sido habitada por las mismas culturas. En ese sentido, la creación del Parque tiene por finalidad proteger tanto yacimientos arqueológicos como paleontológicos, además de preservar la flora y fauna autóctonas. Su nombre evoca el sonido que produce el viento al circular entre las formaciones rocosas.
Lo curioso es que el parque está dentro de una propiedad privada, no se puede ingresar por propia cuenta y hay que hacerlo con un baqueano/guía autorizado.
Trasponiendo la tranquera, avanzamos un breve trecho y bajamos del auto para llegar caminando a un área de morteros comunitarios, unos simples agujeros practicados en la piedra, que los pobladores originarios usaban para moler granos y semillas. Al parecer, cuando por efecto del uso los morteros se agrandaban demasiado, eran dejados de usar y se practicaban nuevos agujeros.
Morteros en la piedra
Adentrándonos en la serranía, pudimos comprobar que El Chiflón tiene su propio Hongo, que si bien es más pequeño que el de Ischigualasto, no deja de ser impactante porque se puede usar de techo.
El Hongo del Chiflón
Otra vista del Hongo
Los altos paredones presentan una particularidad: predomina la arenisca amarillenta salvo en la parte superior, que presenta un color rojizo, producto probablemente de la presencia de óxidos de hierro. El aspecto del conjunto es muy original.
Paredones
Las geoformas siempre son caprichosas, y en El Chiflón no tenían por qué ser la excepción, por ejemplo esta piedra asemeja la cabeza de una víbora que nos observa escondida entre los pastizales.
La víbora
Los enormes paredones se yerguen a ambos lados del camino, marcando diferencias con las Barrancas Coloradas de Ischigualasto: aquí prima la verticalidad de los laterales, sólo las cimas denotan erosión.
Verticalidad
Inexpugnable
Roca solitaria
Como para dar cuenta de la antigüedad de estas rocas, sobre un montículo de grandes cantos rodados, los guías colectaron algunos trozos de madera fosilizada, probablemente helechos o araucarias, ancestrales habitantes de este entorno. Estos fósiles son indicadores de la era a la que pertenecieron, en este caso el período Triásico.
Madera fosilizada
Aspecto de madera, textura de piedra
Todo el recorrido está salpicado de la huella de los antiguos pobladores de la región, desde los morteros que vimos en la entrada hasta petroglifos y otros vestigios de la cultura Aguada. Existe también un pucará a más de 1100 msnm, al que se accede como parte de un circuito más extenso.
Comenzamos a ascender
Nuestra travesía comienza un ascenso y se interna entre las paredes de un cañón, remontando el curso de lo que alguna vez fue un río. Desembocamos al filo de un farallón, desde donde pudimos contemplar cómo se pierde la Ruta Nacional 150 entre las serranías y los paredones rojizos y amarillentos, salpicados de escasa vegetación.
Al filo del farallón
Otra geoforma: el hipocampo
Cardones
La vista desde el filo
A la manera de un “bonus track”, un cóndor se dejó avistar sobrevolando la imponente torre que resulta ser el primer farallón que se ve desde la ruta cuando uno va llegando al hotel.
El señor de las cumbres
Hotel Posta Pueblo El Chiflón
La recorrida por El Chiflón duró hasta las últimas luces, bajamos al hotel a tomar unos mates –está al pie de esta misma sierra- antes de partir para la caminata nocturna en Ischigualasto.
De paso, algunas vistas del hotel:
Nuestra habitación
Rincones
Rincones
Entrada
El comedor
Cardones
Es invierno y anochece pronto, ya nos alistamos para volver a salir.
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Qué rico ese locro!!! Lo que habrá sido ese momento!
ResponderEliminarQué interesante también este Parque! Notables los morteros, me imagino a los pobladores utilizándolos para moler los granos!
Impresionantes los paredones, tan altos, con su dos colores tan bien marcados!
Muy simpático el Hongo, que puede oficiar de techo! Y las geoformas (Víbora e Hipocampo), increíbles!
Muy buena la foto de los Cardones, con el imponente fondo del inmenso Farallón, una belleza! Y el cóndor, la frutilla del postre!
Hermoso el hotel, tan inmerso en esos maravillosos paisajes!
Enrique