Día 8 (9/1/19)
De Chile Chico a El Chaltén
Partimos temprano para hacer aduana, que resultó mucho más sencilla y rápida que a la ida, lo mismo que del lado argentino, donde no se inspeccionó el auto ni se escaneó el equipaje.
Nuestra intención era aprovechar la mañana en Los Antiguos porque ese día comenzaba la Fiesta Nacional de la Cereza, que se celebra anualmente en esta localidad. Pero era demasiado temprano y recién se estaban empezando a armar los puestos, por lo que no tuvimos ocasión de recorrer mucho. Antes de partir, un cafecito con facturas recién horneadas, y de suvenir unas cerezas para el camino.
Hicimos una parada en Perito Moreno por una vibración del escape, producto del panzazo volviendo de Cueva de las Manos. Encontré un taller con fosa y por suerte no había nada roto, simplemente se había doblado un poco el chapón reflectante que protege el habitáculo del calor del escape, y tocaba contra el propio caño de escape.
Resuelto el tema y llenado el tanque de nafta, continuamos hasta Bajo Caracoles donde paramos a almorzar. Como el mapa indicaba dos alternativas, ambas con ripio, quise recabar información pero sólo sumé confusión ante los comentarios agoreros de otros viajeros que venían en sentido contrario y parecían impresionados por lo que acababan de vivir. Comentaban que había llovido y el camino se había puesto difícil, y sugerían que considere pasar la noche en Gobernador Gregores para afrontar la parte complicada al día siguiente.
Reconozco que llegué a preocuparme y a lamentar el tiempo que le dedicamos a Los Antiguos, pero luego de charlarlo un poco con el resto de la tripulación decidí tomarlo con calma, llegar a Gobernador Gregores evitando el camino corto pero todo ripiado y ver allí como seguir. Por suerte ésa resultó ser la decisión más atinada y si bien los 70 Km de ripio pasando Gobernador Gregores tenían su dificultad, pudimos realizar todo el trayecto en el día.
Es cierto que una parte del ripio estaba sin piedra y mojado, digamos que era un barrial, pero permitía ir a 60/70 Km/h. Más molesto fue el tramo siguiente, con exceso de ripio, donde los camiones y las 4x4 podían pasar rápido por su mayor despeje y dejaban unas huellas terribles, tanto que el auto se hundía y raspaba abajo. Ahí sí que tuve que andar más despacio por temor a romper algo.
Había que avisar a las cabañas antes de llegar y pensábamos hacerlo al pasar por Tres Lagos, que era el último pueblo antes de bordear el lago Viedma. Como en la comarca no hay señal de celular, terminamos hablando desde un teléfono fijo que amablemente nos facilitaron en el puesto de Gendarmería.
De vuelta al camino para realizar el último tirón de 130 Km hasta El Chaltén, el trayecto nos regaló una hermosa vista del lago Viedma y el glaciar homónimo derramándose sobre él, con el cerro Fitz Roy como mudo testigo.
Ya instalados en las cabañas El Puesto Sur, echamos un primer vistazo a los alrededores aprovechando las últimas luces del día y para la cena adquirimos una onerosas empanadas en el local de comida de la esquina.
Efecto Sur Argentino: la vida es más cara que en Capital…
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Muy alegre nuestro paso por Los Antiguos! Cómo olvidar esas facturas recién hechas y... esas cerezas, las mejores que comí en mi vida!
ResponderEliminarInolvidable la visión del imponente Fitz Roy, poco antes de la llegada a esa hermosura llamada El Chaltén!
Enrique