Después de visitar el volcán Malacara nos hicimos una escapada hasta la Reserva Natural de Flora y Fauna Laguna Llancanelo, un humedal que a su vez contiene un campo volcánico.
La RP 186 no llevó hasta la casa del Guardaparques, desde donde continuamos ya dentro de la reserva con la compañía de un guía habilitado, porque no se permite el acceso de manera independiente.
La laguna es una vasta extensión enmarcada por volcanes y montañas, hay que significar su importancia en el entorno porque es una parada obligada para las aves migratorias y un recurso insustituible para las especies locales. Garzas, cisnes y flamencos se destacan entre la gran variedad de fauna que habita el humedal.
Esta reserva está en cierto modo amenazada por la escasez de precipitaciones y la disminución del caudal del río Malargüe, que dejan al descubierto grandes extensiones de terreno árido.
Volcán Carapacho
El barreal que se forma al retirarse las aguas es un piso poco firme y no conviene internarse con el auto porque termina cediendo bajo el peso del vehículo y hay que rescatarlo con malacate. La guía nos mostró las huellas de un “panzazo” y el rastro del rescate. Mejor dejar el tutú en terreno firme…
La Renola y el Carapacho
Toda la zona está surcada por arroyos subterráneos que de tanto en tanto hunden el terreno y dejan a la vista pozos, que eventualmente pueden estar inundados.
El tiempo estaba desmejorando en la zona de la laguna, pero de vuelta en Malargüe la noche se presentaba fresca y despejada. Nos acercamos al Club Municipal porque en enero se celebra en la ciudad la Fiesta Nacional del Chivo y Provincial del Cordero (pavada de nombre). Reconozco que esa noche comí el mejor chivito de mi vida, preparado a la vista siguiendo la más rancia tradición criolla.
Chivito al asador
⇐ Volcán Malacara
ResponderEliminarQué interesante esta reserva, con su humedal tan particular, rodeado por volcanes y montañas! Muy buenas las fotos con las aves acuáticas!
En este momento necesitaría estar en un lugar así. Y también estar en Malargüe comiendo chivito. Me imagino lo bueno que estaría!...
Enrique