lunes, 1 de agosto de 2022

El Alcázar – Tamberías

 

Después de abandonar el Parque Nacional El Leoncito, y para aprovechar las pocas horas de sol que quedaban de ese hermoso día de fin de otoño, enfilamos para el norte, hacia Calingasta, para conocer una formación natural conocida como El Alcázar. Sabíamos que por el camino había otros atractivos pero no teníamos claro cuales elegir, y como forzosamente teníamos que cruzar por Barreal, aprovechamos para hacer una pasada por la oficina de turismo del pueblo para recabar información.

Una vez en la oficina de turismo, quise chequear el estado de las rutas hacia el norte, ya que al día siguiente partíamos hacia Jáchal. El mapa marcaba unos 120 Km de ripio después de Calingasta por la RP412, y sorpresivamente me recomendaron volver a cruzar la sierra por la RN149 porque el ripio estaba en mal estado. Esto implicaba alargar el trayecto unos 60 Km (lo que a la postre incidió en el kilometraje del auto), pero a cambio todo el trayecto era por asfalto. Por segunda vez Maps desinformaba, porque ni siquiera consideraba esa segunda opción (al momento de escribir estas líneas volví a probar y ahora sí aparece), y para el tramo de ripio estimaba una velocidad promedio de 50 Km/h, lo que de ninguna manera se puede interpretar como camino en mal estado.

En Turismo, además de El Alcázar también nos hablaron de un “Cerro de siete colores”, y de un pueblito del otro lado del río: Tamberías. Había más opciones, pero para lo que quedaba del día era suficiente.

 

El Alcázar

Encontramos el acceso a El Alcázar de casualidad, porque viniendo de Barreal no había cartel, parecería que el turismo solo llega del lado de Calingasta... Pasé de largo el acceso, pero con el rabo del ojo vi por el retrovisor el cartel en la mano de enfrente, frené, tuve que retomar, cosa de locos.

El lugar bien valió la pena, y eso que llegamos con el sol ya bajando y había algunas partes en sombra.

 


El Alcázar

 


Curiosas formas

 


Algunos se animan a subir

 

Un poquito subimos

 

Al ganar altura se ve la cordillera

 

El sol se esconde tras los cerros

 

Los caprichos de la naturaleza

 

De vuelta a la ruta, intentamos infructuosamente ubicar el cerro de los siete colores, pero no pudimos ni siquiera encontrar un cartel o alguna referencia que nos oriente. También había escuchado que se robaban los carteles, así que este podía ser el caso; mala suerte.

 

Tamberías

Otra recomendación de la oficina de turismo fue la recorrida guiada por el pueblo de Tamberías, próximo a El Alcázar.

Cruzando el río Los Patos a la altura de Sorocayense, la RP406 serpentea entre álamos y algarrobos para acceder a este tranquilo poblado, de calles anchas y arboladas. Buscamos la escuela-museo Gobernación de Los Andes, una antigua construcción de adobe que era el punto de información turística, y ubicamos al guía de sitio, quien nos acompañó en una amena caminata por el pueblo, salpicada de anécdotas y reseñas históricas.

 

La escuela-museo es la primera de Calingasta, y fue fundada por Sarmiento.

 

El recorrido, a lo largo de la calle principal, exhibe la puesta en valor de edificios que datan de la fundación del pueblo en 1830, y se lleva a cabo respetando la arquitectura y los materiales típicos de la época. Pudimos apreciar la Biblioteca Popular, el primer cine que tuvo el pueblo, el primer palomar (cabe acotar que las palomas se criaban para consumo humano), la iglesia Nuestra Señora de La Merced, y la primera cárcel, que tuvo un prisionero célebre: Buenaventura Luna.

 

Biblioteca Popular

 

Iglesia Nuestra Señora de La Merced

 

Mucho adobe

 

Primer cine, primer palomar

 

Cárcel donde estuvo preso Buenaventura Luna

 

Sin saberlo, estábamos iniciándonos en un ritual cuyano, un viaje místico tras los pasos de este entrañable personaje, músico, periodista y político, que conoció la persecución y la cárcel. Brevemente diré que dentro de su prolífica vida artística se destaca la creación y dirección de La Tropilla de Huachi-Pampa, agrupación folclórica integrada, entre otros, por Eduardo Falú y Antonio Tormo. Dentro del amplio repertorio de su autoría, destacan: Quiero Volver, Vallecito, En el destierro, Las Sentencias del Tata Viejo. También compuso con Atahualpa Yupanqui Este camino que va, y Copla de ausencia con Eduardo Falú.

 

Tamberías se levanta en donde antiguamente existió una posta en el Camino del Inca, y contrariamente a lo que pueda imaginarse, el guía nos explicó que el nombre designa los depósitos de granos y de otros alimentos que construían las antiguas civilizaciones que poblaron la zona.

 

El adobe predomina en las casas

 

Hacia el final del recorrido, subimos a un mirador desde donde se domina el pueblo con la sierra del Tontal como marco. En la cima del mirador se levanta un monumento que recuerda al cacique Calín, señor de estas tierras en las épocas de la colonización, y de cuyo nombre toma el suyo la ciudad cabecera del distrito: Calin-gasta viene a significar “el pueblo de Calín”. El monumento está rematado por una imponente águila de metal que simboliza el poderío del jefe tribal. Al pie de la figura alada puede leerse el nombre del cacique, singularmente escrito.

 

Monumento a Calín

 

El atardecer seguía obsequiándonos espectaculares vistas de la cordillera, ya en penumbras detrás de los cerros más cercanos.

 

Atardecer

 

Con las últimas luces del crepúsculo y las primeras del alumbrado público, bajamos del mirador para desandar el camino, satisfechos de haber conocido esta encomiable iniciativa de rescate de un pueblo con historia.

 

 

Camino a Jáchal

Visita diurna al CASLEO


1 comentario:

  1. Qué maravilla "El Alcázar", con sus formas realmente tan curiosas, tan particulares! La foto con la Cordillera de fondo es un espectáculo!
    Y el encantador pueblo "Tamberías"... Cuánta historia se respira allí! Las fotos hablan por sí mismas!
    Qué dos hermosos recorridos!

    Enrique

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