martes, 9 de agosto de 2022

Molinos del Alto y del Bajo

 

Apart Hotel Hualta Picún

Está bueno que te traigan el desayuno a la habitación, es una excelente manera de comenzar el día. El Apart Hualta Picún resultó cómodo por demás, teníamos un departamento para seis personas todito para nosotros dos, cosas de viajar en temporada baja.

 

El día estaba nublado y amenazaba lluvia, pero no nos íbamos a perder la oportunidad de lanzarnos a la ruta. Además, muchas veces al andar varios kilómetros y cruzar a otro valle, resulta que el clima también cambia. Unas nubes no iban a amedrentarnos.

 

Molino del Alto o de García

Confusión: ¡este no es el molino!

Recorrimos unos 15 Km hasta llegar a la localidad de Villa Mercedes. Costó un poco encontrar el Molino del Alto, hay que desviarse de la ruta por un camino vecinal, y la falta de señalización hizo que confundiéramos unas viejas construcciones de adobe con el molino. Dudamos al no ver siquiera un cartel, pero decidimos adentrarnos un poco más, donde ya no parecía haber más camino, y finalmente apareció.

 

Cartel en la entrada

Las instalaciones impactan por su tamaño, todo aquí parece pensado para grandes volúmenes de producción. Se puede distinguir el edificio del molino en sí de las demás construcciones, y el patio de carros, también de generosas dimensiones.

 

Edificio del molino

Parecía deshabitado, nadie contestaba a nuestro llamado, pero se sentía el ruido de un motor, como si en el interior estuvieran trabajando. Nos asomamos por alguna puerta entreabierta, tratamos de distinguir algo que se moviera en la penumbra de los interiores, volvimos a llamar pero desistimos luego de varios intentos, no parecía que hubiese alguien dispuesto a atendernos.

 

Servicios en el patio de carros

 

Nadie atiende

Desandando el camino vecinal hacia la ruta, se escucha una zamba: ya sé de quién se trata. La latente presencia del poeta funciona como hilo conductor en esta recorrida por los molinos harineros. De su poema “Molino de piedra” rescato los primeros versos: “Salta el agua en el molino / que cuando trabaja canta / como arrullando a la santa / paz del rincón campesino”.

A usanza de estos viejos molinos, Buenaventura Luna también desgrana sus pensamientos, ora poéticos, ora políticos, pero siempre comprometidos con la realidad que le tocó vivir, la que muchas veces lo golpeó en forma de ingratitud o persecución.

 

Molino del Bajo o de Reyes

Cerca de allí, hacia el otro lado del camino, luego de algunas vueltas y dudas pudimos encontrar el Molino de Reyes. Al respecto, pienso que podrían mejorar la cartelería y facilitar un poco más las cosas, porque cuando uno se mete por caminos vecinales no sabe a dónde puede ir a parar, y hasta las amables indicaciones de los lugareños nos resultaban imprecisas.

 

Molino de Reyes

Esta vez, al llegar al molino salió a recibirnos la dueña, doña María, descendiente directa del visionario que construyó esta antigua máquina, Saturnino Reyes, allá por el año 1845.

 


La piedra del molino

 

 

Con entendible orgullo y satisfacción, doña María nos acompañó por las instalaciones, haciendo hincapié en que el molino estaba en condiciones de uso, y que solamente faltaba resolver un problema con la canalización del agua para verlo funcionar.

 

 


Vista del interior

 

 

 

 

Hablando de su ascendencia, nos contó que el nombre Saturnino se conserva desde aquellas épocas hasta la actualidad, y que en cada generación hubo un homónimo en la familia.

 

 

Patio de carros

En otro momento de la conversación, mencionando la participación del molino en el curso de la Comisión Nacional de Monumentos, de Lugares y de Bienes Históricos, nos expresó su deseo de volver a contactarse con ellos, por lo que le dimos las referencias necesarias. Una sencilla devolución a su hospitalidad.

 

Molino de Sardiña

Dentro del departamento de Jáchal, el conjunto de Molinos declarado Monumento Histórico Nacional incluye también al Molino Santa Teresa o de Sardiña, en la localidad Tambería, a 6 Km de Jáchal (no confundir con Tamberías, vecina a Calingasta). Este molino también se podía acceder desde la RP456, pero por los comentarios que escuché en Jáchal estaba cerrado y desatendido, por lo que decidimos excluirlo de nuestra recorrida.

Fuimos a buscar entonces la RP49, la que nos llevaría hasta Huaco, con paisajes y caminos de cornisa en el trayecto.

 

Huaco →

Los Molinos de Jáchal

1 comentario:

  1. Qué buen inicio de jornada con el desayuno en la habitación!
    Muy interesantes los molinos, tanto el del Alto (falto de recepción) como el del Bajo, con su amable dueña. En ambos casos, me impacta ver los "patios de carros" porque me los imagino en su apogeo, llenos de vida y movimiento. Y doen Buenaventura Luna siempre presente!

    Enrique

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