domingo, 30 de agosto de 2020

Camino a Las Leñas

 14-01-2011

Si bien nuestro objetivo final para este día era Las Leñas, teníamos presente que lo importante no era simplemente llegar a destino, porque todo el trayecto tenía varias cosas que valía la pena ir descubriendo.

Salimos de Malargüe después de desayunar y la RN 40 nos llevó hasta el cruce con la RP 222, que se interna hacia el Oeste remontando el curso del río Salado.

Hicimos unos 20 Km y dejamos el auto para cruzar el río Salado a pie por el puente de Elcha y acceder a la Laguna de la Niña Encantada, una belleza natural escondida entre las rocas del escorial volcánico de El Infiernillo a unos 1.800 MSNM.



La laguna guarda la leyenda de Elcha, una hermosa princesa india que se suicidó por amor arrojándose a las aguas de la laguna. El reflejo de las rocas del escorial en la laguna sugiere la presencia de la niña india atrapada para siempre en esa prisión de piedra.

Otros 20 Km nos depositan en Pozo de las Ánimas, dos dolinas o hundimientos de casi cien metros de diámetro cada uno, contiguos, que se formaron por la presencia de un río subterráneo. El agua erosionó el terreno hasta hundirlo y aflora en los fondos formando sendos espejos de color verdoso.

Uno de los pozos

En la zona se lo menciona como Trolope-Có (“agua de los muertos” en lengua mapudungún) y es depositario de varias leyendas nativas.


Video: Pozo de las Ánimas

Proseguimos para por fin llegar a Las Leñas para un almuerzo tardío y una recorrida por las instalaciones del centro de sky, que siendo pleno verano por supuesto no estaba en servicio.

Las Leñas

El retorno sirvió para volver a disfrutar de los paisajes que fuimos dejando atrás a la ida.


Debe ser lindo con nieve, pero ver la vegetación y la piedra desnuda también tiene lo suyo.

De regreso a Malargüe ya en el atardecer, quisimos recorrer algunas de sus plazas y lugares públicos. Pasamos por el Parque del Ayer, que cuenta con réplicas de dinosaurios que rememoran los hallazgos hechos en la zona. Todo el entorno es agradable y está bien cuidado.

También pudimos apreciar una curiosa colección de troncos de árboles tallados.



 

Caverna de Las Brujas

Laguna de Llancanelo

Laguna Llancanelo

Después de visitar el volcán Malacara nos hicimos una escapada hasta la Reserva Natural de Flora y Fauna Laguna Llancanelo, un humedal que a su vez contiene un campo volcánico.

La RP 186 no llevó hasta la casa del Guardaparques, desde donde continuamos ya dentro de la reserva con la compañía de un guía habilitado, porque no se permite el acceso de manera independiente.

La laguna es una vasta extensión enmarcada por volcanes y montañas, hay que significar su importancia en el entorno porque es una parada obligada para las aves migratorias y un recurso insustituible para las especies locales. Garzas, cisnes y flamencos se destacan entre la gran variedad de fauna que habita el humedal.


Esta reserva está en cierto modo amenazada por la escasez de precipitaciones y la disminución del caudal del río Malargüe, que dejan al descubierto grandes extensiones de terreno árido.

Asimismo, es un campo volcánico, pero queda empalidecido ante la densidad y variedad de volcanes que presenta su vecino El Payén. Aquí sólo podemos apreciar tres volcanes, de los cuales se destaca el volcán Carapacho (1.476 MSNM, más de 1 Km de diámetro). Otro de los volcanes, el cerro Trapal (1.508 MSNM), se usa como mirador natural para observación de fauna y safaris fotográficos.

 

Volcán Carapacho

El barreal que se forma al retirarse las aguas es un piso poco firme y no conviene internarse con el auto porque termina cediendo bajo el peso del vehículo y hay que rescatarlo con malacate. La guía nos mostró las huellas de un “panzazo” y el rastro del rescate. Mejor dejar el tutú en terreno firme…

 

La Renola y el Carapacho

Toda la zona está surcada por arroyos subterráneos que de tanto en tanto hunden el terreno y dejan a la vista pozos, que eventualmente pueden estar inundados.


El tiempo estaba desmejorando en la zona de la laguna, pero de vuelta en Malargüe la noche se presentaba fresca y despejada. Nos acercamos al Club Municipal porque en enero se celebra en la ciudad la Fiesta Nacional del Chivo y Provincial del Cordero (pavada de nombre). Reconozco que esa noche comí el mejor chivito de mi vida, preparado a la vista siguiendo la más rancia tradición criolla.


    

Chivito al asador

 

Camino a Las Leñas

Volcán Malacara

 

sábado, 29 de agosto de 2020

Volcán Malacara

La oferta turística en Malargüe es amplia y variada, con una buena cantidad de empresas que ofrecen sus servicios. Se notaba que había gente en la ciudad: llegamos un miércoles y cuando fuimos a reservar la excursión al Payén conseguimos recién para el domingo, por suerte teníamos tiempo y había muchas otras cosas para hacer.

Empezamos nuestra estadía entonces visitando el volcán Malacara, que toma el nombre de la típica macha de pelaje claro que lucen algunos caballos en la cara. Si buscan este volcán con Google Earth van a poder ver que el nombre está plenamente justificado, la mancha se aprecia fácilmente desde arriba.

Volcán Malacara

Lo singular de este volcán, aparte de su colorido, es que se puede ingresar caminando sin necesidad de trepar, recorriendo unos sinuosos pasillos de lava producto de erupciones en épocas pasadas.

El guía




Estas gargantas angostas y de cierta profundidad que se formaron por la erosión causada por lluvias torrenciales, permiten apreciar el colorido de las piedras que componen las laderas del volcán y el efecto mismo de la erosión.

 

 

 

 

 

  

 

Ya dentro del volcán se accede a unas cárcavas o cámaras que serían las chimeneas por donde fluyó la lava durante las erupciones. 


Video: en la cámara abierta

Una cárcava está abierta por arriba y la otra no, quedando completamente a oscuras.

En esta última, entramos alumbrados por linternas y las apagamos para quedarnos a oscuras y en silencio. Enseguida empezamos a sentir el vuelo de los murciélagos sobre nuestras cabezas, fue fácil fotografiarlos con flash en la oscuridad.



Al salir de la segunda cárcava nos topamos con una víbora que huyó de nuestra presencia para intentar camuflarse.


El guía, que ya había notado la presencia del animal, logró capturarla con la ayuda de una ramita. Era ponzoñosa y la mantuvo a prudente distancia para que todos pudiéramos apreciarla e incluso fotografiarla.





Por supuesto, después de un rato de fotos y exposición mediática, el animal fue liberado y se alejó raudamente de nosotros.

 

Laguna de Llancanelo

⇐ Embalse Valle Grande